Nuestra aventura comenzó el año pasado cuando se nos informó de la posibilidad de pedir, una vez tituláramos, una beca de movilidad al extranjero. Siempre nos ha gustado viajar y conocer otras culturas así que ésta era una gran oportunidad. En un principio elegimos otro destino pero finalmente nos tocó Flensburg, Alemania.
Flensburg es la ciudad más al norte de Alemania, a un paso de Dinamarca. Es una ciudad costera pequeñita, hay muchos estudiantes y los fines de semana se llena de daneses y familias del norte de Alemania que aprovechan para darse un paseo por la playa o por el puerto.
La adaptación ha sido fácil, el clima y los horarios son parecidos a los nuestro y el hecho de haber venido dos personas facilita mucho los primeros días de la estancia.
La gente, tanto el Flensburg como en Alemania, en general es seria y muy correcta pero desgraciadamente hay una xenofobia muy latente entorno a los extranjeros, están hartos de ver inmigrantes del sur de Europa, y la gente se mantiene distante con nosotros, es muy difícil socializarse si no hablas un perfecto alemán.
Por lo contrario en la escuela de artes, tanto profesores como alumnos, nos tratan muy bien y se preocupan de que estemos a gusto. En la escuela estudiamos talla y alemán. De talla hemos aprendido mucho en poco tiempo, puesto que el nivel aquí es muy alto, en relación a la técnica, herramientas e instalaciones están mucho más preparados que nosotros. Respecto al idioma vamos a aprender muy poco, ya que hablando en inglés nos entendemos con todo el mundo.
Animamos a la gente a que solicite estas becas, ya que es una buena oportunidad para aprender y vivir nuevas experiencias .
Un saludo desde Flensburg
Mario y Pablo